En la obra literaria titulada Insensatez (2004) de Horacio Castellanos Moya, el autor nos presenta los testimonios de gente quien sobrevivió un genocidio a través del protagonista, un hombre ateo contratado por la iglesia católica para editar los mil cien cuartillas paginas de testimonios. Hay una falta de nombres y el país en que se ubica esta historia, y pienso que este rasgo podría significar que no importa el país específico, porque los eventos de esta historia ocurrieron en múltiples países latinoamericanos. Similarmente, pienso que el titulo habla volúmenes de la tortura que han sufrido millones de gente. La palabra insensatez significa que hay una falta de respeto por los derechos humanos, pero las víctimas de este genocidio merecen tener sus voces oídos. Moya incluye frases y expresiones de dolor en itálicas por toda la obra, lo que repite varias veces. Esta técnica literaria provee un aspecto poético de las historias de las víctimas, y siempre le hace pensar en la propia vida del protagonista. En mi opinión, la mezcla de la historia de acuerdo a los testimonios y los sentimientos y acciones del protagonista crean una obra compleja y fascinante leer.
El protagonista quien también es el narrador del libro, es considerado un periodista con una mentalidad egocéntrica y falogocéntrica. Parece que es obsesionado de sus encuentros sexuales con mujeres y es como su trabajo de editar los testimonios viene segundo en su lista de prioridades. Moya describe: “…sólo quería beber unas cervezas y tantear la posibilidad de seducir a una chica que parecía guapa e inteligente…” (51). Para mí, parece que él niega los sentimientos de las mujeres en su vida, y sólo tiene la misión de seducirlas. A pesar de esto, él se encuentra a una mujer se llama Teresa, tal como es descrita: “…una mujer guapa y misteriosa…” (Moya 107). Con relación a esta mujer en particular, el narrador se da cuenta de que él está revisando su testimonio del genocidio. Moya narra: “…yo revisaba el texto en el que Teresa narraba la más abominables violaciones a que había sido sometida por los militares que la torturaban y lo que menos me apetecía era enfrentarme con su rostro, que yo había visualizado cubierto con una venda y con moretones y costras de sangre, el rostro de una chica golpeado salvajemente por sus torturadores…” (108). La descripción aquí es muy gráfica y chocante para el lector. Pienso que la violación sexual de una mujer es uno de los crímenes más espantosos del mundo, y miles de mujeres son condenadas a silencio sobre su violación.
En el artículo titulado “The Small Voice of History” (1997) de Ranajit Guha, el autor propone que: “The principles of selection and evaluation common to all historiography are in agreement here with a pre-fabricated statist perspective in which a hierarchized view of contradiction upholds a hierarchized view of gender relations with no acknowledgement at all of women’s agency in the movement” (11). Pienso que el punto aquí es muy valido porque reconoce que las mujeres han sido marginadas por casi toda la historia, y en todos los libros de texto, no son escritos desde el punto de vista de una mujer. Por eso, la inclusión de los testimonios de unas mujeres en el libro Insensatez demuestra que hay partes de la historia que nunca hemos oído, pero la inclusión de sus testimonios provea una historia más completa de lo que pasó en el genocidio. Además, Guha escribe: “Yet the narratives which constitute the discourse of history…relate to the past by listening to and conversing with the myriad voices in civil society. These are small voices which are drowned in the noise of statist commands” (3). En mi opinión, esto es la idea más importante que Guha comunica, porque cuando falta esas voces pequeñas, falta una parte esencial de la memoria histórica de la gente en América Latina.
Obras citadas:
Castellanos, Moya Horacio. Insensatez. Barcelona: Tusquets Editores, 2005. Print.
Guha, Ranajit. "The Small Voice of History." Subaltern Studies Ritings on South Asian History and Society (1997): 1-12. Print.